sábado, 5 de marzo de 2016

Serie El harén del rey de Megan Derr

1. Nandakumar


El único sonido en el enorme salón era la música de cuerdas, tocada por manos confiadas y fuertes. Suave, no áspera, interpretada de memoria, las manos se movían como con voluntad propia, los ojos del hombre que tocaba estaban cerrados.

Su cabello era oscuro como la media noche, sujetos en una coleta larga por una serie de broches de oro; una anilla gruesa de oro envolvía su cuello, las anillas de la muñecas habían sido descartadas para evitar que interfiriera con la ejecución.

Cuando abrió sus ojos, ellos eran del color de la arena mojada, sorprendentemente pálidos contra su piel canela. Vestía pantalones negros y sobre ellos, llevaba una falda larga hasta el piso, pero no llevaba camisa, era uno de los hombres que más destacaba en la habitación. Más de uno afirmaba que la belleza del músico lo había salvado de la suerte que se abatió sobre su familia traidora. Cuando la música cesó, los rumores retornaron. Siempre los había ignorado y continuaría haciéndolo; sólo la palabra de cuatro hombres importaba y él sabía que ellos no hacían más que oír la música y admirarlo mientras él tocaba. Si ellos susurraban alguna cosa, era cómo le mostrarían su aprecio más tarde.

El pensamiento casi lo hizo sonreír, pero esa expresión era impropia para la agridulce música que tocaba. Cuando la pieza llegó a su fin, la esquina de su boca se elevó y sólo los cuatro que lo conocían bien vieron que sonreía y también sabía que le sonreían en respuesta.

2. Beynum




—Majestad, —los guardias llegaron trayendo un prisionero
El rey y los guardias por igual se sorprendieron cuando el prisionero cayó de rodillas por su cuenta, en lugar de tener que ser forzado. Y aunque tenía las manos atadas a la espalda, se las arregló para moverse con la gracia inherente de un gato salvaje.

Shah arqueó una ceja, intrigado al instante por el prisionero. —¿Cuál es el significado de esto? —Preguntó distraídamente, su mano deslizándose por el cabello de Nanda.
—Majestad, — repitió uno de los guardias. —Un pirata, uno de tres docenas recientemente capturado.
—Entonces, ¿no debería estar con sus compañeros de cautiverio?

Los guardias asintieron. —Sí, Majestad. Pero éste tiene algo que pensamos sería de interés para ti.
—¿Y qué es eso?

Asintiendo con la cabeza otra vez, los hombres obligaron al prisionero a ponerse de pies y lo volvieron de espaldas.
—Vaya, vaya, —dijo Shah, mientras oía el grito de Nandakumar de sorpresa y placer.

En la espalda del prisionero en tinta negra estaba tatuado el rostro de Shah. La espada y el escudo roya halcón, era el emblema personal de Shah. Se extendía desde la parte superior de los hombros y el cuello hasta la parte baja de la espalda, hecho con un nivel de detalle que coincidía con el trabajo de los artistas reales. Era hermoso.

3. Aikhadour


Había oído nada más que elogios sobre el rey Shahjahan, algunas observaciones sobre su aspecto y destreza, se decía que los dos hombres en su harén eran bastantes intrigantes, un traidor, el otro un pirata, y realmente no esperaba que el rey fuera tan guapo. Su piel era oscura y sólidamente construido, ni delgado ni demasiado grande, de pelo corto y oscuro y ojos ensombrecidos, probablemente marrones. Lo más intrigante de todo, no había vanalidad en él. No se veía como tantos otros nobles que Aik había visto en el largo camino desde las montañas. El rey Shahjahan parecía un hombre que estaba de pie junto a sus hombres, a su pueblo, en lugar de dar órdenes mientras permanecía cómodamente instalado de forma segura en su trono.

Tal vez estaba pensando mucho en estas cosas, aunque el verdadero problema era que él no lo conocía en absoluto estos temas. Su vida era el templo, sus hermanos, todo lo demás era irrelevante. Aik frunció el ceño y miró hacia otro lado, pero en su mente sólo podía ver al rey, y ahora era imposible de bloquear esa voz profunda y cálida, ligeramente áspera.

4. Witcher


—Witcher —tomó la cara de Shahjahan sujetándolo con una mano, se inclinó para echar un beso en los labios de color rosa pálido que tenían sabor a miel y a almendras con un toque de limón.

—Shah... — Witcher se abrió para el beso, tan impresionante por milésima vez como en la primera cumpliendo inmediatamente como había hecho con el primero. Un hombre que podría haber sido cualquier cosa, pero se doblaba tan fácilmente para un rey nunca dejaba de robarle aliento. — ¿qué pasa / que está mal?


5. Rakiah


El héroe se echó a reír. —¿Cuál es tu nombre?
Kiah miró a su padre de nuevo, nervioso porque por lo general la gente sólo les preguntaba su nombre antes de que empezaran a gritarle. Pero su padre asintió con la cabeza y sonrió, luego Kiah le dijo. —Rakiah.
—Rakiah, —dijo el héroe. —Es un placer conocerte.
—Encantado de conocerte, —dijo Kiah, recordando lo que su mamá le había enseñado.
—Mi nombre es Shahjahan. —Puso su mano en el brazo del hombre de cabello largo. —Este es Nandakumar.
—Nandakumar, — repitió Kiah. —Shahjahan. 
El héroe se echó a reír. —Sí.
—Majestad, —dijo su padre bruscamente. —Llámalo “Su Majestad.”
Oh, en ese tono había problemas. Kiah asintió, subiendo y bajando rápidamente. —Sí, señor. Su Majestad.



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